Colchones firmeza alta: ¿Son recomendables?
Cuando se trata de elegir el mejor colchón, uno de los aspectos a los que debemos prestar atención es la firmeza del colchón. Aunque cada persona tiene sus gustos y preferencias, no siempre escogemos el más beneficioso para nosotros.
¿Qué es la firmeza del colchón?
La firmeza del colchón es el grado de dureza que presenta cuando nos sentamos o tumbamos en él. Es decir, la rigidez que aporta el material. Está determinada por los materiales de fabricación del colchón, de forma que, por ejemplo, un colchón de muelles puede tener mayor o menor firmeza dependiendo del número de muelles, las dimensiones, el material y el grosor del acero.
Ocurre lo mismo en los colchones de espuma, látex o viscoelástico, donde juega un papel muy importante la densidad del material.
Colchones firmeza alta: Recomendaciones generales
Aunque también podemos encontrar otro tipo de clasificaciones de dureza del colchón, en las que podemos encontrar una firmeza dura, alta, intermedia, suave o acogedora, las recomendaciones generales son las siguientes:
- Colchones de firmeza alta o muy alta: Indicados para personas con problemas de obesidad o patologías concretas, así como para niños en época de crecimiento.
- Firmeza media o intermedia: La opción más elegida en hoteles, ya que se adapta a los gustos de la gran mayoría.
- Poco firmes o mullidos: Indicados en caso de necesitar pasar mucho tiempo en cama
También debemos tener en cuenta que existen una serie de condicionantes a la hora de elegir la firmeza del colchón:
- Gustos
- La morfología del cuerpo:
- La base del colchón:
El mejor colchón para espalda y cervicales
Dormir sobre un colchón de firmeza media puede ser determinante en la prevención y el tratamiento de la lumbalgia. Es la conclusión que extrajo la Fundación Kovacs en una investigación llevada a cabo con más de 300 pacientes durante un periodo de tres meses. En este estudio se demuestra que no es cierto que los colchones duros son más adecuados para mantener la salud de la espalda.
A los participantes en el estudio se les proporcionó un colchón muy firme o uno de firmeza media. Un equipo formado por expertos en los campos de la traumatología, la neurocirugía y la rehabilitación, monitorizó a los pacientes para determinar la intensidad del dolor a la hora de dormir y a la hora de levantarse, el grado de incapacidad física y el consumo de fármacos.
Los resultados determinaron que solo el acto de cambiar de colchón supuso una mejora significativa en el tratamiento del dolor de espalda de los participantes, previamente diagnosticados de lumbalgia crónica inespecífica.
El estudio concluyó con la calificación de “factor de riesgo” al acto de dormir sobre un colchón inadecuado. La Fundación Kovacs añade como líneas generales para prevenir las dolencias de la espalda la necesidad de mantener una higiene postural correcta, realizar ejercicio físico, evitar los colchones de gran firmeza y fomentar la educación sanitaria.
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