Se acerca el cambio de hora, ¿estás preparado?
Una vez más, con la llegada del otoño, llega el momento de cambiar la hora. El objetivo principal es el de ahorrar energía e iluminación pero, ¿tiene alguna otra consecuencia este cambio de hora? está demostrado que la llegada de una nueva estación y el cambio horario puede suponer consecuencias o efectos en la salud. Dos veces al año, a las dos de la madrugada, le toca el turno a la hora, que se atrasa o se adelanta (esto último el domingo 28 de octubre) sesenta minutos.
Los efectos más comunes son trastornos en el sueño, decaimiento del ánimo, aumento de los infartos, insomnio, síntomas de mayor cansancio o confusión. La gente de mediana edad, desde los 25 a los 55 años, se ve más afectada. La jornada laboral, los hijos y, en general, su rutina, se ve modificada y les cuesta habituarse.
Es posible prevenir los efectos del cambio de hora en la salud, siguiendo algunos consejos o hábitos de salud tan sencillos como básicos:
- Practica ejercicio físico: te ayudará a disfrutar de un buen estado de ánimo y a que tu salud no se resienta tras el cambio de estación ya que la disminución de las horas de luz y la bajada de las temperaturas suelen traducirse en una alteración de las actividades y por consiguiente una mayor propensión a estar en casa, limitando tanto las relaciones físicas como las sociales
- Bebe mucha agua y opta por alimentos frescos: Sigue una dieta equilibrada y una alimentación sana y saludable.
- Adecuación progresiva: unos días antes puedes ir atrasando o adelantando las actividades diarias, sobre todo las comidas y la hora en que nos levantamos y nos acostamos
- Practica ejercicio físico: te ayudará a disfrutar de un buen estado de ánimo y a que tu salud no se resienta tras el cambio de estación.
Los más vulnerables son las personas que tienden a la depresión ya que se aumenta la melatonina, que es la responsable del letargo en animales, y a nuestra especie le provoca fatiga, decaimiento y falta de energía.
¡También tiene cosas positivas!
Hay que pensar que tenemos más tiempo libre del que disfrutar, amanece antes para poder aprovechar la luz de la mañana o incluso, la primera noche, dormir más.
A pesar de todo, los especialistas coinciden, en que hay que darse un tiempo de adaptación: tres días o, a lo sumo, una semana.